El 20 de abril de 1988 (algunos creen que fue en 1998), el periodista Héctor Félix Miranda fue asesinado a tiros en Tijuana, México. Félix Miranda era codirector del semanario Zeta, un medio de comunicación independiente que se caracterizaba por su crítica a la corrupción y el poder.
Los autores materiales del asesinato fueron condenados a 27 años de prisión, pero el presunto autor intelectual, Jorge Hank Rhon, hijo del exgobernador de Baja California Carlos Hank González, sigue libre.
El asesinato de Félix Miranda tuvo un gran impacto en México. El caso fue ampliamente cubierto por los medios de comunicación y generó una ola de protestas en defensa de la libertad de expresión.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) inició una investigación sobre el caso y concluyó que el gobierno mexicano había incurrido en violaciones a los derechos humanos de Félix Miranda. La CIDH recomendó al gobierno mexicano que reabriera el caso y que investigara a Jorge Hank Rhon como posible autor intelectual.
Sin embargo, el gobierno mexicano no ha tomado medidas para reabrir el caso. Jorge Hank Rhon ha negado su participación en el asesinato y ha acusado a los medios de comunicación de persecución.
Conclusión
El asesinato de Héctor Félix Miranda es un caso emblemático de la impunidad en México. El caso sigue sin resolverse y Jorge Hank Rhon sigue libre, lo que envía un mensaje de que los poderosos pueden cometer crímenes sin consecuencias.
Este caso tiene implicaciones importantes para la libertad de expresión en México. El hecho de que un periodista haya sido asesinado por su trabajo de investigación es un ataque a la democracia y a la libertad de prensa.
Es importante que el gobierno mexicano tome medidas para reabrir el caso y que se haga justicia por el asesinato de Héctor Félix Miranda.
